jueves, 11 de septiembre de 2008

Pazza

Un barco a vapor llegando a Nueva York.
Giulietta con Carluccio y Marina de la mano, arrastrando una valija de cartón. Su esposo, el nono, emocionado, saludándolos, agitando un pañuelo amarillo, como había prometido en la carta. Los cuatro en el muelle, fundiéndose en un largo abrazo.
Eso le contaba mamá. El casamiento de mamá con Al, Alberto otro hijo de piamonteses escapados de la guerra. Mamá y papá bailan. Mamá no está contenta, está nerviosa. Ella quería estudiar medicina, para saber por qué estaba tan enfermo el nono, que no bailó el vals con ella, en su casamiento. Pero le dijeron que no había plata, que estudiar en America era muy caro, que si alguien iba a estudiar era Carluccio, ahora que es grande, Carlo. Y que las chicas tienen que casarse y tener hijos.
Carlo en la carnicería, cortando salchichas estilo italiano para los italianos de Queens. Marina no le compra al hermano, porque de haber sabido que él no estudiaría tendrían que haber dejado que ella lo hiciera. Ahora podría estar trabajando en el St Mary´s Hospital, salvando gente. En pleno Manhattan, los pobres mueren de enfermedades medievales o africanas. Glaucoma, escorbuto, brucelosis, sífilis, tuberculosis. Todo eso le había dicho el doctor. Tuberculosis en pleno siglo veinte, que barbaridad. El nono se había salvado de la guerra y se viene a morir del bacilo de Koch, escupiendo sangre cuando canta Torna a Surriento.
Mamá le muestra unos gatitos. Papá apaga el fuego del galpón de atrás, y salva a tres gatitos. Uno queda atrapado, y lo encuentra mucho más chiquito de lo que era como una ramita seca. Hay un bebé en su cochecito. Qué feo es .Es Tony .
Tony diciéndole que no use sus cosas que son juguetes de varón. Y ella le esconde los juguetes en el tejado porque es fuerte y sabe trepar paredes. Tony llora, el debilucho. Ella se los devuelve cuando llora porque Ron le pegó.
La nona Giulietta llorando delante de la foto del nono, siempre una vela prendida ardiendo delante de la foto, sobre la cómoda. Kathy con miedo de que por esa vela se incendie la casa. Mamá estaba trabajando y papá también. Qué hacemos si todo se prende fuego. Llamar a los bomberos, dijo la nona . Y si no vienen, qué hacemos. Apagar el fuego, con baldes de agua. Y de dónde sacamos un balde de agua tan rápido. Hay una tomas de agua en cada esquina, para que los bomberos conecten las mangueras y saquen el agua de ahí. En verano los chicos del barrio lograban desenroscarlas para refrescarse con los chorros que salían a presión, disparados para cualquier lado, como la gente corriendo, ahora. Entre los chorros, todos se reían, pero ella pensaba sin manguera esto no llega a la cómoda de la nona.
Los grandes también se ríen. Qué vas a ser cuando seas grande, Kathy. Bombero, decía ella, siempre. Mamá no llegaba hasta que era de noche. La nona era muy viejita para llevar un balde de agua, y ella no tenía fuerzas para correr hasta la toma de agua, abrirla, llenar muchos baldes y correr a la casa antes de que se incendie. Se quemaría todo. No, de la canilla no vale, ella quería usar la toma de los bomberos.
En la escuela también la cargan. Bombero una mujer, qué absurdo. Teddy burlándola, la palabra firewoman no existe, solo existe fireman, tonta . Bueno, yo voy a ser firefighter, dice ella.
Questa bambina e pazza, dice la nona. Okay, soy pazza, aunque no sé lo que quiere decir. Pazza , pazza , pazza, pa…zza…parecen decir los vidrios que caen a su alrededor, a medido que sew sienten mas explosiones, más bombas , más escapes de gas , más gente rompiendo ventanas para respirar. Alguien la protege, pero no ve nada. Mucho humo. Y el cuerpo que la cuida pesa demasiado. Y gotea algo caliente, con olor a herrumbre. Pazza , pazza. Los helados de vainilla de Nicola, La fiesta de Dan Genaro en Greewich Village, tanta gente comiendo salchichas como las que vendia el tio Fred, iguales a las que vendía su papá Carlo. Un viento que lleva un papel a las brasas, y se incendia todo. Le gente quiere corre, pero no hay adonde , por la multitud. Ella se mete entre las piernas de todos, toma el balde del tío lleno de hielo para enfriar bebidas y lo arroja a la parrilla. El fuego se apaga. Hay fuegos que se apagan con agua. El tío la aplaude, y la lleva en andas . Los demás gritan viva, viva, y la aplauden. Se siente tan alta. Papá dice “ es la firewoman” . le compra un helado de vainilla de los de Nicola.
No, no aceptamos mujeres en este cuartel. No es machismo, no tenemos vestuario para una chica. Pazza .Los chicos del hospital, las guardias haciendo popcorn. La boca de Rick . Es verano, una noche oscura como ahora, Vuelven a casa de bailar en Limelight, una iglesia gótica convertida en discoteca. Ella tiene n calor y ve un drugstores con una cortina igual que la de la heladería de Incola. Le recuerda a la escuela. Si la cortina es igual, los helados por qué no. Y pide uno de vainilla. Cuerra los ojos y dice “ Mmmm…como los de Nicola” . Y Rick, que había dicho que no quería helado, le dice que quiere probar. Y en vez de probar de su helado, le tapa la boca con un beso, y busca la vainilla sobre su lengua, a los costados, debajo, y se mezclan los sabores a vainilla, el aliento de menta, su perfume de hombre, su respiración, y ríen , y ella prueba más helado y el bebe de su boca.
El casamiento en secreto, en casa de Betsy. Tan poquitos, solo los más amados, la nona se hubiera enojado, pero para que más. Joe tocando el violín y Rina cantando.
Jake y los chicos hicieron una hoguera en el patio. Y desafiaron a Kathy para que la apagara con cubitos de hielo, como había hecho a los siete años en San genaro.
Ella le arruina el mantel a Betsy, pero lo apagó, aunque las chispas le quemaron el tul , y Rick la bañó en champagne para apagarlo, y rieron y bebieron juntos. Pazza.
Papá diciendo que apagar incendios, evacuar inundados, asistir accidentados y rescatar personas de derrumbes es tarea de hombres. Rick dice te entiendo mi amor, pero la mayoría de las chicas en el cuartel hacen tareas administrativas, y eso no te va a gustar .
Un toque de sirena es llamada de personal, dos toques significa choque y tres es incendio. El departamento a veinte cuadras del cuartel. Ella escuchaba sirenas de destacamentos que no eran el suyo, y coiria al cuartle para encontralo vacío, solo la guardia.
El bebé todavía no, porque no me dejan ser pitonera si estoy embarazada. Si que podía ser buena poniendo al manhuera en el foco.
La medalla del año pasado cuando rescató a seis personas del lavadero. El chico caído en la vías del tren. Ese choque horrible, con el nene gritando mamá, mamá y la madre con la cabeza desprendida del cuerpo. Hay que ser fuerte, hay que ser fuerte sino, no sirves para ayudar. No hay tiempo para llorar. Jhay que llorar en casa . La familia comprende.
El trabajo en el hospital.La facultad. Cortar hierros retorcidos para salvar a una chica que llora de dolor. Si solo pudiera dedicarme a esto. Me falta rendir el examen para aumentar el nivel jerárquico. Evaluarán carácter, compañerismo, disciplina y pruebas físicas. Mañana es el día. Las mujeres pueden. La entrevista de Greg, el jefe, en la tele diciendo “Las chicas que no le tienen miedo a nada. Y puedo decir que en ocasiones rinden mucho más que los hombres”. Y habla de ella.
El viaje a México. Las puestas de sol en Acapulco, los besos de Rick en las calandrias que recorren la costanera, con caballos decorados con luces, como arbolitos de navidad. Y ese barco encallado convertido en restaurante y atendido por piratas . Rick dándole de comer langosta en la boca, mi pajarito. Pajaritos en el otoño de Vermont, recorriendo bosques dorados, llenos de hojas amarillas, fucsias, naranjas , rokas , como las llamaradas que iluminan el humo. El pie que le duele, como le duele todo ahora, porque caminaron ocho horas sin parar, perdidos en la montaña. La posada del ciervo que los mira fijo. El jarabe de arce en los panqueques tibios. El edredón de plumas, la nieve cayendo en la ventana ese Año Nuevo en las Catskills. La mezcla de pena y alivio. El test de embarazo dio negativo. Sí quiero un bebé , pero viajemos a Italia primero. No mi amor, Europa es muy cara. Tengamos el bebé, que es lo que más queremos. El la besa otra vez, buscando aliento a vainilla de helado de Nicola, y busca ese aroma en sus entrañas, y la llena de jarabe de arce .
Que suerte enorme, dios mío, encontrar a alguien a quien ames tanto, pero tanto , que el mundo es mejor sólo por mirarlo a los ojos .
Tres sirenas, no. Mil sirenas. Había sirenas por toda la ciudad. Esto es grande, muy grande.Un avión caído en el World Trade Center, no puede ser . Algo habrá explotado allí. Rick trabaja en el sur, por Dios que no esté cerca. Los celulares no funcionan .La autobomba luchando por entrar, cuando todo el mundo escapaba. Quiero irme , pero no. Me necesitan . Por Dios, es tremendo. El mismo infierno. Estamos en guerra y cayó un misil. No puede haber otra explicación. Pazza, pazza , pazza, Hay que evacuar , ya . Las puertas giratorias son una trampa mortal. Alguien tira bolsas desde arriba. Estúpidos, quieren salvar sus cosas. Las bolsas estallan y sale carne de adentro. ¿Arriba hay carnicerías? Watch out, le dijo Tom, y la tiro para atrás. Pero Tom cayó, bajo un cristal que se le clavó en el pecho. Pazza . Pazza . No son bolsas, Greg, es gente. Se tira para no quemarse viva, no pueden bajar. Y los que bajaron no pueden salir . Las mangueras y el agua no sirven de nada aquí. Miles de personas se aplastan contra los vidrios del hall central, como una pecera. Arrojan objetos y rebotan . No logran romperlos. Ve a Greg como perdido, hablando por radio, sin saber para donde ir . Nos quedamos sin jefe, dice. Todo era tal caos, humo, basura, polvo, papeles, sangre, vidrios, olor a combustible y basura quemada. Al diablo con las jerarquías. Tom miraba el cielo, muerto como por una bala de cañón. Jeffe entró corriendo al edificio con otros seis, pero aún no salieron. Por suerte vio a Di Marco, del destacamento del Bronx , diciéndole a sus hombres que hagan señales a la gente para que se aparte más de los cristales . Usaron los megáfonos. No intenten romperlos por dentro. Oh, Dios somos tan pocos para ayudar a tantos . Pásame el oxígeno que se ha desmayado alguien aquí, le dijo Méndez. Es que ya no nos queda, dijo Stuart. Paf, otro vidrio. Paf ,otra bolsa de carne estallando en el suelo. Charcos de sangre grandes como sábanas. Las radios están muertas. La gente que baja no puede salir . Por Dios, si no miras para arriba todo el tiempo, algo te aplasta. Tienes que mirar, pero no puedes mirar, porque todo es tan atroz .
No miren, corran, decían a los que iban saliendo, que se quedaban aterrados, sin poder avanzar ante el pavoroso panorama de sangre y basura alrededor. Los bomberos salen y caen como moscas, asfixiados. Aire, aire, ya no puedo respirar. Mary, Mary. Busquen a mi James. ¿No han visto a una chica de esta altura? He perdido a mi esposa. Cuida a este hombre, ya regreso. No, no tema, no lo dejaré solo. Cómo me duele le pecho. Quise alcanzar a Di Marco. Qué hacemos, esto se viene abajo en cualquier momento.
Corrí entre el humo, y tropecé con un cuerpo. Una mujer policía. Joven, morena, con una prolija trenza en la nuca. Inmóvil. Tenía un rifle en la espalda. Rick dice vamos a hacer algo divertido. Tiro al blanco entre las hojas secas de Vermont . Qué buena eres, Kathy, aprendes enseguida. Las mujeres somos rápidas, cariño. Kathy le quita el rifle. Se lo afirma al hombro. Se quita el seguro. Apunta, dispara. Alto, bien alto, para no herir a nadie y darles tiempo a apartarse de los cristales rotos que caerán en el mezzanine de la Torre 1. Son gigantes, pero tal vez se quiebren. Uno , dos tres disparos, por Dios, que caigan hacia fuera. ¡ Caen! La gente se echa cuerpo a tierra. Cinco, seis, siete. ¡ Bravo! Ahí aún no cede. ¿Hay alguien? No. Vamos, corran, corran.
¿Qué hago disparando? Soy firefighter, no policía. Una estampida de gente saliendo del mezzanine, como fuegos artificiales en Año Nuevo en la montaña. Corran, corran, corran antes que esto se desplome.
Miles corriendo con los ojos cerrados, para no mirar alrededor. Esto está muy mal .Un hombre con su propio brazo bajo la axila. Alguien sin pelos ni ropa, en carne viva, corriendo sin piel. Una mujer con el brazo colgando, y un hueso que asoma. Corran, corran, corran. Las alarmas de los equipos de oxígeno suenan sin cesar. Ya nadie tiene oxígeno. Si no me dan aire ahora, moriré.
Mierda, Rick. Nuestro bebé. No podrá nacer, pajarito. Bueno, salvé vidas. Salvé a miles de personas. Han renacido. Las salvé con balas, ¿ no es raro?
Otra más me protege, me abraza…alguien que cayó del cielo. Greg va a estar orgulloso de mí. Y Rick. Y papá. Y el nono, que me mira detrás del fuego y sonríe. Te vi agitando un pañuelo amarillo en uno de los pisos, como contaba mamá que hiciste en el puerto de New York. Eras tú, ¿no es cierto? Sí, nono, es como un bombardeo, es la guerra. Tanto fuego y tengo frío. Corran, corran. Sei pazza, dice el nono. Sí, sí, soy loca. Salgamos de aquí . Yo tampoco quiero vivir en un país en guerra . Volvamos a Italia, nono, llévame contigo.

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