jueves, 11 de septiembre de 2008

Divas

Con ese pelo rubio y lacio, y esos aires de diva, desde el momento en que vi a Luli, me dije “esta para Oscarcito no es. Será un metejón del momento, y ojalá le dure poco”.
No podía creer que mi hijo me trajera esta chica a casa, no una o dos, sino ya seis veces en un mes. Claro, la viva lo vio tan culto inteligente, recién recibido de arquitecto, y se lo levantó meta minifalda y escote, qué se lo iba a perder. Encima entraba a casa, y se sentaba en mi propio sillón, a mirar la tele y hojear mis revistas, como si yo no existiera. La caradura abría la heladera sin preguntar, sacaba lo que quería y ni siquiera lo volvía a poner en su lugar. Me usaba todos los cubitos de hielo y no se molestaba en rellenar las cubeteras. Y lo peor, se comía todas mis galletitas. Toneladas de galletitas comía, y nunca trajo un paquete por su cuenta. No sé dónde las ponía, porque viste que es flaca, tiene un cuerpito privilegiado.
Me parecía una burla del destino que con tantas chicas ricas y finas como había en el club o en la facultad, Oscarcito se fuera a dejar engatusar por esta ordinaria con pinta de yiro. El decía que las chicas de la facultad no le gustaban, porque parecían machos.
Yo no me opuse a la relación, porque viste que si los padres se oponen, los chicos, por rebeldía, se encaprichan más. No, yo no quería hacer una historia de capuletos y montescos. Pero un día le dije a Oscar que los Villate nos invitaron a pasar el verano en su casa de Punta del Este, y él me dijo“Yo no voy porque me caso” . “¿Con quién?”, le dije yo. “Con quién va a ser mamá, con Luli”, me dijo. La fecha la puso ella, porque quería casarse en verano, y así nos cagó las vacaciones. Organizamos todo a los ponchazos. Mi hermano consiguió un salón, la mamá de ella cocinó como una burra, una tía le regaló el vestido, y ahí supe que ella padre no tenía, ni yo esposo, así que padrinos, no había. Me compré un vestido que era un sueño, vieras qué belleza, todo blanco, bordado con perlitas y las mangas de encaje. Todo el mundo me decía “ Parecés la novia”. No, no fue de mala onda con Luli, Oscarcito sabe que el blanco es mi color favorito, aunque nunca lo use mucho. Y con mi pelo rubio me quedaba brutal, me volaba la organiza cuando bailaba el vals y todo..
Al final tuve que resignarme a que lo de ellos iba en serio, porque Luli quedó embarazada de un chico atrás de otro. Todos nenes rubios, divinos. La maternidad la cambió un montón, era otra chica., nada que ver con la vaga calientasillas que venía a instalarse a casa a comerse todas las galletitas. Se dedicó por exclusivo a los hijos.
Eso que dicen de que yo le hacía la vida imposible pasándole el dedo por los muebles para ver si había limpiado, es mentira. Yo no me la banqué al principio, pero después me encantó verla todo el día en la casa, relajada, haciéndole la leche a los chicos, mirando la tele con ellos. ¿Qué madre se sienta hoy en día a mirar los dibujitos con los nenes, si viven todas apuradas, de acá para allá? A vos te van a contar otra cosa, pero no me importa. La verdad es que con ella nunca me metí. Si algo me molestaba, era natural, porque para mi ellos vivían en el caos por culpa de ella. Pero nunca se los hice notar y me lo tragué porque una buena suegra no debe opinar.
Eso de que yo le llenaba la cabeza a Oscar con que ella era una vaga, que no hacía nada, que se la pasaba limándose las uñas mirando telenovelas mientras los chicos no tenían ni el delantal para la escuela planchado, no es cierto. Lo que pasa es que yo soy muy hiperquinética en comparación con ella, y no entendía su manera de hacer las cosas. Pero nunca le dije nada a ella…¡y menos a su marido! ¿Qué me iba a meter en la vida de mi hijo?.
Además, ya te dije. Yo a la gente la detecto apenas la veo. Dame cinco segundos y te digo como son. Y dame diez años, y sigo pensando lo mismo, porque los veo por dentro, como si tuviera un tomógrafo en los ojos. ¿Yo qué te dije que pensé de ella? Que era una diva de teléfono blanco, siempre apoltronada esperando que la atiendan. Una no quiere eso para su hijo, pero si él estaba tan enamorado, yo qué iba a hacer, más que advertirle todos lo días con quién se había casado. A él no le costaba atenderla, ya que es hiperquinético como yo. Pero igual era un abuso, para el pobre hombre. Y bueno, por más que quisiera ser discreta, algo se me escapaba, porque soy muy sincera, soy transparente. Así que no te voy a decir que Luli y yo nos amábamos. Roces siempre hubo, pero… ¿quién no choca con la suegra? Es que cada mujer tiene un estilo distinto. Y yo el de ella- de hacer una cena con una lata, de no tener un proyecto personal, ni traer un mango a la casa-, no lo entendía. Claro que cuando supe que a Oscarcito le dolía que le criticara a su mujer, intenté callarme la boca. Pobre chico, criado por una madre sola, como el hombrecito de la casa, y termina casado con una mujer que no tuvo padre, y fue criada entre algodones hasta que la madre murió.
Yo le decía, “Oski, estás trabajando doble: por vos y por lo que no hace ella”. Cada vez que yo iba a visitarla, ella estaba hablando por teléfono. En ese momento creí que le era infiel a Oski. No podés hablar todo el día bajito con una amiga. Encima, cuando yo estaba cerca, bajaba la voz. Yo con mis amigas no hablo en secreto, así que estaba saegura que hablaba horas con un tipo.Yo le avisé a Oscar, y ella se enojó. ¿Pero como no le voy a avisar que me parece que su mujer le mete los cuernos, si es mi hijo, lo único que tengo en la vida? Nos agarramos a patadas varias veces por eso, adelante de Oscar. Y juré no volver a verla más .Pero siempre tuve adoración por mis nietos y no pensaba dejar de verlos todos los días. Así que ella me los dejaba ver, y todo bien. Total, la casa era grande y mientras ella alquilaba un video, yo le regaba las plantas del jardín, que estaban secándose, o le ordenaba los placards que eran tal desastre que no podías abrirlos sin que se te cayera todo encima. De paso, le avisé a mi hijo que estaban llenos de carteras con etiquetas y ropa sin usar, que se compraba ella, seguramente sin que él se entere. El me decía que ya sabía, pero lo decía para tranquilizarme. Ya que estaba ahí, yo aprovechaba para hacer algo rico para mis nietos, y preparaba empanadas, milanesas o tortas. Ella ponía cara de asco y al día siguiente se le quejaba a Oski de que yo hubiera caído como peludo de regalo, que yo le invadía la casa y no la dejaba en paz …¡ y yo que había estado ayudándola, deslomándome por ella!
Para mi que esa fue su etapita de ingrata. Pero siempre tuvimos un trato respetuoso. Yo me preocupaba por ella. Le decía a mi hijo “Estuvo recostada todo el día , ¿ No tendrá mononucleosis?” Y como para esa hora ella no había hecho ni la cena, él, que es un santo, iba y compraba pizzas, pollos o comida china, para que ella no cocine. Hasta contrató una mucama para que limpiara la casa, porque ella le decía que con todo no podía. Yo en ese momento a mi hijo lo veía como un estúpido que no se daba cuenta de nada, y a ella como una guacha que lo explotaba sin piedad para darse la gran vida. Pero ahora sé que mi hijo no era un estúpido, sino un hombre enamorado. Además, es un marido diez puntos, el marido ideal. El hacía cualquier cosa por ella, como siempre hizo cualquier cosa por mi. Hasta lo vi levantando ropa tirada del piso, guardar cosas en los cajones, bañar a los chicos, poner la mesa…. Ella hizo de él un padre fabuloso, involucrándolo en todas las tareas de la casa. Pero eso lo veo ahora, porque en ese momento me partía el alma verlo haciendo en su casa todo lo que le correspondía a ella. Yo era muy anticuada. Pensaba “ mi hijo no puede estar lavando los platos cuando llega de trabajar” . Y ahora pienso que ella tenía razón. ¿Por qué todo eso lo tienen que hacer las mujeres, que encima son las que se tienen que quedar encerradas con los hijos? Estaba muy bien lo que hacía ella, de hacer lo mínimo indispensable y después esperar que él llegue de trabajar para que ordene y consiga comida. ¡Si los hombres tienen más resistencia que las mujeres!
Y no es cierto que dejó de quererla por como le llené la cabeza a él de que ella era un desastre. Cuando ella acababa de parir al cuarto hijo, a él se le esfumó el amor, así, de golpe.
La verdad es que se lo levantó una compañera de trabajo. La caradura lo engatusó meta minifalda y escote, hasta que él se enganchó con ella. Cuando me dijo que se iba a divorciar de Luli, yo quedé helada. Está bien, era lo que había soñado durante años. Pero la verdad es que lo veía tan solícito con su mujer, que nunca pensé que la dejaría. Encima, la nueva tiene como diez años menos. La ves, y parece de quince. Y no solo parece una nena, sino que lo es, su edad mental es de cinco años. Yo digo que la nueva, después de arrancarlo de su hogar y destruir su matrimonio, se quedó sin iniciativas para el resto de su vida. No sabe ni cómo prender la hornalla para hacer un té. Es lo más burra que vi en mi vida. Y con el pretexto de que no quiere meter la pata, no hace nada de nada. No te puedo explicar lo desastrosa que es. Otra nena de mamá, que no acabó de crecer, incapaz de atender a mis nietos.
Pobre Luli, ahí empecé a comprenderla. Perder a un marido enamorado en brazos de una atorranta y encima inútil, es lo peor que te puede pasar. A él no le alcanzaban los fondos para comprar nueva casa y pasarle la cuota de alimentos para los hijos, así que arregló con un abogado amigo para quedarse él con la tenencia de los hijos, mirá que padrazo que es, ¿dónde viste un padre así?. Ella se quedó con un régimen de visitas, pero claro, como no tenía ingresos ni recibía una cuota de alimentos, los chicos no podían visitarla porque no tenía ni para darles leche.
Viste que Luli es linda, con su pelito rubio lacio y sus piernas largas. Al poco tiempo se enganchó un tipo bárbaro, que sabía de negocios. La convenció de que vendiera la casa y de que con esa plata abriera una rotisería. Fueron socios, pero se pelearon, él la estafó y se llevó la plata. Ella quedó tan mal, que se hizo las lolas para levantarse el ánimo y para ver si encontraba uno mejor. Pero el que se levantó la convenció de comprar unos remises y poner una remisería. En mal lugar, porque en la misma cuadra había otras dos. Como quebraron, el novio se llevó los autos para vender, pero ella no lo vio nunca más, ni a él ni a los autos.¿Te das cuenta que mala suerte tuvo, la pobre chica? Como se quedó sin nada, se fue a vivir a casa de una amiga, a la que la ayudaba a enhebrar collares para vender en una feria artesanal, y así se hizo unos pesitos.
La nueva mujer de Oscarcito no paró hasta conseguir que él se case con ella. El tenía dudas, pero se le fueron cuando ella le dijo que estaba embarazada. Después dijeron que perdieron al bebé, pero para mí que ella le mintió para casarlo. Bueno, esta otra ahora no hace nada en todo el día. Estudia guitarra y el dice que toca muy bien, pero no se va a ganar la vida con eso. Después les costó quedar embarazados. Se hicieron un tratamiento de fertilización asistida que a Oski le costó un dineral, y en vez de un hijo tuvieron dos: Solana y Maxi , unos mellizos preciosos. Pero decime qué necesidad tenían de tener más hijos , si Oski ya no da abasto con los que tiene. Ahora ella dice que no puede trabajar porque los nenes son como terremotos y no consigue quién quiera cuidarlos. .Además él le dijo que por la miseria que le pagaban en el trabajo, más vale que se quede en casa a cuidar a los dos chicos, más los cuatro de él, seis criaturas. Pero la verdad es que ella se dedica a los melli solamente, a los otros los tienen abandonados con el pretexto de “ya son grandes, y tienen que aprender a cuidarse solos” .
Cada vez que yo voy de visita, ella no está. Están los grandes tratando que los melli no rompan todo. Me dicen que se fue a hacer las compras. La espero, mientras preparo algo decente para comer, porque los chicos están en piel y hueso. Yo estoy casi segura de que se va a encontrar con algún tipo.¿Cuatro horas para comprar comida?.Yo le dije a Oscarcito, que tenga cuidado con esta porque es peor que dos Lulis juntas. Luli era transparente. Esta es artera, se hace la buenita pero es una viva bárbara. A él le habla como si fuera la hija consentida , “ papi” esto, “ papito” lo otro. Un asco, se me revuelve el estómago. Cuando él no está, ella me maltrata. Me ve en la cocina haciendo la torta que más le gusta a los chicos, la de chocolate y merengue, y empieza a decirme barbaridades, que no puedo gastar tanto en una torta, que hay chocolates más baratos, que la dejo sin huevos. Esta pendeja nunca vio a Doña Petrona: para cocinar tenés que usar lo mejor, o nada.¿ Qué les da a los chicos, alimento balanceado del gato? Yo registro todo y apenas llega Oscar, le cuento lo que ella me dijo. Porque yo voy a ayudarla y ella no lo aprecia, ni las gracias me da.
Y ahora te cuento cómo llegamos a esta situación.
El otro día lo veo a Ricardito, mi nieto del medio, llorando. No me quería decir por qué. Le dije que si me decía, yo le daba una porción de mi torta de sambayón. Entonces me contó que Luli, su mamá, le dijo que la echaron de la pensión, y que no tiene adónde ir a vivir, que por eso no va a poder verlos más. Encima parece que tiene un tumor maligno, y la tienen que operar. Todo fue muy rápido, yo recién me entero. Es que la amiga de Luli se casó, y le dijo que tenía que irse de la casa. Entonces ella se fue a una pensión, pero no tenía cómo pagarla, porque la echaron del último trabajo que consiguió por una amiga. Primero trabajó cuidando a una vieja. Me dijo que no hacía nada, miraba la tele con ella, charlaban un poco y le daba los remedios en horario. Era como una beca, estaba chocha. Pero la vieja se murió y se quedó sin nada. Y el último trabajo que hizo fue limpiar un restaurante a cambio de llevarse algo de comida. Pero de plata, nada. Encima la echaron por fumar en horario de trabajo. Pobre chica, se quedó sin nada. No son trabajos ideales, pero es trabajo, y cualquier trabajo ennoblece. Otra cosa no podía hacer, porque viste que así como terminó el colegio se casó y se dedicó totalmente a cuidar a los chispo, así que no tienen preparación ni estudios .El padre la abandonó, la madre murió , al final es una huérfana, sin nadie que se haya ocupado jamás un poco de ella .
Esta sociedad es desapiada con las madres, somos como ciudadanos de segunda categoría. No me vas decir que una chica como ella, tan elegante, con esa carita y ese porte, es cuerpito de modelo, no puede encontrar trabajo. Qué me queda entonces a mí que sólo sé algo de corte y confección, que ya ni se usa. Gracias a Dios que mi hijo es arquitecto, tiene trabajo y me mantiene. A él sí que lo crié bien, y lo volví loco para que terminara la carrera, o nos hundíamos los dos. Tiene un corazón de oro, siempre me sacó las papas del fuego y me pagó las deudas. Porque en un etapa brava en la que yo ya no sabía que darle de comer, empecé a ir al casino a probar suerte. Tenía un pálpito. Y no me fallan. Así como te saco a una persona en tres segundos, te digo qué número sale en la ruleta, o qué máquina me va a dar todo lo que tienen guardadito. Un día me fue tan bien que los croupiers me querían echar . Resolví invertir todo al black jack y me fue mal. En ese momento pensé que era porque la chica que manejaba la mesa era igual a Luli, mirá que risa. Perdí todo y me adeudé. Estaba tan deprimida que le di al whisky. Mi hijo se dio cuenta, y el santo me traía cada noche una botellita nueva, mi amor. Al final, me mandó a terapia, y lo superé todo. Cuando se casó con la bruja nueva, no le alcanzaba la plata para mantener dos casas, así que me fui a vivir un tiempo con ellos. Pero estar con esa mujer es un infierno. Hace todo mal. No tiene idea de cómo se lava una media, ni de cómo vestir a los chicos. No es capaz de cortarles una uña.
Al final, le dije a Oscar que elija: ella o yo. Y el me dijo que no podía vivir con dos mujeres que se peleaban todo el día. Y me alquiló este departamentito Es chiquito, un monoambiente contrafrente, cálido en invierno y fresquito en verano. Igual, yo salgo bastante. Limpio un poquito, miro la tele y me voy al shopping, a ver que me puedo comprar de lindo con los pesitos que me da él, para alegrarme el día, aunque sea. A veces me los llevo a los chicos al cine y a Mc Donalds, y ellos me adoran porque les doy todos los gustos. Si me quedo sin plata, le pido a alguien hasta que a Oski le entre un poco más y pueda pagarme la deudas.
Y ahora esto, de que la pobre Luli está en la calle, y enferma. No me quedaba otra .Así que le dije que se viniera a vivir conmigo, qué le vamos a ser. No puedo dejarla durmiendo en una plaza, a ella, tan bonita y fina. Después de todo, es la madre de mis nietos. Y la verdad, nos llevamos bárbaro, porque tenemos los mismos gustos. Yo para mis nietos cocino lo que quieras, pero para mí no me dan ganas de hacerme ni un huevo frito. Y a ella tampoco. Así que las dos tenemos vidas tranquilas y simples. Miramos la tele, comemos galletitas, pedimos una pizza o un pollo, nos damos una vuelta por el shopping con los chicos. A veces discutimos un poco, porque ninguna de las dos quiere lavar ni una taza, pero eso es porque somos demasiado parecidas. Nos dimos cuenta que hasta de cara nos parecemos, por algo la eligió mi hijo. Me dijo que después de la operación va a buscar trabajo. Yo le dije que ni se moleste, porque no hay nada para una chica de su edad, que vivió entre algodones, como una princesa, y no sabe nada de la vida. ¿Qué va a ponerse a trabajar estando enferma? Ahora le toca dedicarse a cuidar su salud, nada más. Ella dice que estando conmigo ya no extraña a su mamá, y eso me halaga. Así que así se nos van los días, charlando, haciéndonos las manos, peinándonos una a la otra, mirando tele. Ella me dice a qué hora me toca tomar las tres pastillas, y ahora, después de que la operen, me va a tocar a mí traerle la pastillita a ella. La voy a cuidar como a una hija. Alquilaremos películas, comeremos galletitas y tomaremos mucho whisky on the rocks, mientras hojeamos revistas. Como dos divas.

No hay comentarios: